Se denomina embarazo en adolescentes al que ocurre durante la adolescencia de la madre, definida esta última por la Organización Mundial de la Salud OMS como el lapso de vida transcurrido entre los 10 y 19 años de edad. También se suele designar como embarazo precoz, en atención a que se presenta antes de que la madre haya alcanzado la suficiente madurez emocional para asumir la compleja tarea de la maternidad. [1]
Aunque en muchas culturas aún persiste la idea de que la mujer debe iniciar tempranamente su vida reproductiva, son diversos los argumentos que la contradicen. La OMS considera como embarazo de riesgo el que ocurre en mujeres menores de 20 años, por los efectos que tiene en la salud de la madre y del embrión en desarrollo, produciendo tasas más altas de mortalidad materna e infantil. Además de los efectos en la salud, tiene repercusiones en el área social y económica, dado que implica menores oportunidades educativas, o el abandono total de los estudios por parte de la madre adolescente, lo que se revierte en el incremento de la exclusión y el fortaleciendo el círculo de la pobreza. [2]
- Cada año ocurren 133 millones de nacimientos en el mundo, de éstos 14 millones corresponden a adolescentes. En América Latina y el Caribe se registran anualmente alrededor de dos millones partos en adolescentes, lo que corresponde al 16 por ciento del total. Sin embargo, se estima que estas cifras no dan cuenta de la real magnitud de la situación, por cuanto toman sólo al grupo de 15 y 19 años, dejando fuera las menores de 15 años. El Centro Latinoamericano de Demografía (CELAM) estima que el porcentaje de nacimientos de madres adolescentes es más bien cercano al 20 por ciento, mientras que otros organismos, como la UNICEF y el UNIFEM, lo establecen entre el 15 y el 26 por ciento. En Venezuela, el 21% de los nacimientos vivos registrados (NVR) en el país ocurre en adolescentes entre los 15 y 19 años (MSDN 2001). [5][4][3]
Conceptos y Definiciones
Se denomina embarazo en adolescentes al que ocurre durante la adolescencia de la madre, definida esta última por la Organización Mundial de la Salud OMS como el lapso de vida transcurrido entre los 10 y 19 años de edad. También se suele designar como embarazo precoz, en atención a que se presenta antes de que la madre haya alcanzado la suficiente madurez emocional para asumir la compleja tarea de la maternidad.
Aunque en muchas culturas aún persiste la idea de que la mujer debe iniciar tempranamente su vida reproductiva, son diversos los argumentos que la contradicen. La OMSconsidera como embarazo de riesgo el que ocurre en mujeres menores de 20 años, ya que es la causa principal de mortalidad de las jóvenes que tienen entre 15 y 19 años de edad debido a complicaciones relacionadas con el parto, y los abortos practicados en condiciones de riesgo. [7][6]
Algunos indicadores que describen el problema:[8]
- En todo el mundo, uno de cada diez alumbramientos corresponde a una madre adolescente y las tasas de fecundidad oscilan entre 05 y 200 nacimientos vivos por cada 1000 adolescentes, siendo las más altas las de África y América Latina.[9]
En los países en desarrollo, según el Informe sobre la juventud mundial 2005
- Uno de cada seis alumbramientos corresponde a jóvenes de 15 a 19 años de edad Una de cada tres mujeres da a luz antes de los 20 años.
- Los partos de mujeres menores de 20 años representan el 17%, (14 millones de partos al año en el mundo entero).
- Cada año, más de 4,4 millones de adolescentes se someten a un aborto; de esos abortos, un 40% se realizan en malas condiciones.[10]
- La dimensión del problema es superior a la que reflejan las cifras anteriores, dado que éstas no toman en consideración los nacimientos en menores de15 años, los cuales representan una cifra a considerar. El Centro Latinoamericano de Demografía (CELAM) estima que el porcentaje de nacimientos de madres adolescentes es más bien cercano al 20 por ciento, mientras que otros organismos, como la UNICEF y el UNIFEM, lo establecen entre el 15 y el 26 por ciento.[11]
- En la población indígena de Venezuela, la maternidad temprana es un rasgo del patrón de comportamiento reproductivo que aparece aún más acentuado. La frecuencia de los nacimientos en adolescentes es más elevada entre las jóvenes indígenas, cuya tasa asciende a 151 nacimientos por mil mujeres de 15 a 19 años frente a los 89 estimados a nivel nacional. Sin embargo, vale destacar que las estimaciones disponibles para los últimos años revelan cierto descenso en la tasa de fecundidad adolescente en la población indígena, la cual ha caído de 200 a 151 por mil entre 1995 y el 2001.[12]
Perspectivas de análisis del problema
Los adolescentes llegan a ser fértiles aproximadamente 4 ó 5 años antes de ser emocionalmente maduros y muchos se inician sexualmente antes de los 18 años, y de contraer matrimonio. En América Latina y en Venezuela, la edad modal de la primera relación sexual ocurre alrededor de los 15 años, para los varones y un poco más tarde para las adolescentes. El inicio de la actividad sexual sin una adecuada educación sexual y sin los servicios de apoyo de orientación y salud adecuados para este grupo poblacional, propicia comportamientos de riesgo que pueden acarrear embarazos no deseados o no planificados.[14][13]
El embarazo en la adolescencia no sólo representa un problema de salud, también tiene una repercusión en el área social y económica, dado que implica menores oportunidades educativas o el abandono total de los estudios por parte de la madre adolescente, lo que incide en el incremento de la exclusión y de las desigualdades de género, coadyuvando en el fortalecimiento del círculo de la pobreza. El UNFPA señala cuatro aspectos que expresan los impactos de la maternidad temprana:[15]
Riesgo de muerte y enfermedad, sobre todo para las niñas de 10 a 14 años de edad, quienes tienen cinco veces mayores probabilidades de morir a causa del embarazo o el parto que las mujeres de 20 a 24 años. [16]
Oportunidades perdidas: Las madres adolescentes tienen más probabilidades de abandonar los estudios secundarios, lo que menoscaba sus posibilidades de participar plenamente en la sociedad, tener ingresos, cuidarse a sí mismas y cuidar a sus hijos. Estos factores la convierten en una consecuencia de la pobreza y puede acentuarla. Además se convierte en un factor de transmisión de la pobreza de una generación a otra, sumando obstáculos para la movilidad social de esa generación y de la siguiente, profundizando la pobreza.
Más hijos: El inicio temprano de la maternidad aumenta la probabilidad de tener más hijos que las mujeres que comienzan a procrear más tarde. Esto influye en el tamaño de las familias y en el total de la población mundial. Así, si en vez de 18 años se aumentar a 23 años la edad de la madre en su primer alumbramiento, podría reducirse el impulso demográfico en más del 40%.
Más abortos: A escala mundial, al menos uno de cada diez abortos ocurre entre jóvenes de 15 a 19 años de edad. En este grupo de edades, más de 4,4 millones de jóvenes se someten cada año a abortos, un 40% de los cuales se realizan en malas condiciones, comprometiendo la salud y la vida de la joven. Esto obedece a que muchos embarazos de adolescentes no son planificados ni deseados, como lo reportan estudios en América Latina (en Brasil 50 por ciento de los nacimientos de mujeres entre 15 y 19 años no son planificados; en Jamaica, casi 45 por ciento de las jóvenes de entre 15 y 24 años había estado embarazadas alguna vez y habían interrumpido la gestación.. [17]
También la salud de los bebés puede verse afectada: los hijos de madres adolescentes tienen de 2 a 6 veces más probabilidades de tener hijos con bajo peso al nacer que las madres de 20 años o más.
El embarazo en adolescentes representa costos para el Estado, por concepto de atención en salud por las complicaciones que el parto y el recién nacido puedan presentar, así como por la atención y el apoyo social de los niños en situación de desventaja: educación, hogares de guarda, programas de nutrición infantil, programas alimentarios y viviendas subsidiadas por el gobierno, amén de las demandas generadas por niños con problemas psicosociales asociados a rechazo o abandono físico o afectivo. [18]
En la actualidad, se está revisando el término embarazo adolescente. Este término, ha sido tradicionalmente aceptado y manejado por los especialistas; no obstante, a la luz de los derechos sexuales y reproductivos y de la perspectiva de género, luce incompleto, ya que omite un actor importante en la ocurrencia del fenómeno: el padre.
Los especialistas que abordan el tema de las masculinidades, así como las declaraciones de Naciones Unidas a favor de la igualdad de género señalan efectos importantes de esta omisión, que excluye al hombre y ratifica la creencia tradicional de que la procreación y la crianza de los hijos es tarea de las mujeres. Por otra parte, recientes estudios permiten identificar la presencia de padres adolescentes, muchos de ellos con tres hijos a los 21 años. [20][19]
El enfoque tradicional del problema conlleva deficiencias importantes para la formulación de estrategias de atención y prevención, por cuanto deja de lado la participación del varón, quien representa la mitad de los sujetos que participan en la aparición de los embarazos en adolescentes. En atención a las premisas expuestas se propone un nuevo modelo de aproximación al problema y hablar de maternidad y paternidad adolescente.
Esta visión debe combinarse con la educación de los hombres jóvenes para que compartan con la pareja la responsabilidad en lo tocante a la sexualidad y a la procreación. De esta manera se igualan las responsabilidades y derechos de ambas figuras parentales y se deconstruye el paradigma tradicional de que la procreación y crianza de los hijos son roles inherentes a la feminidad. [22][21]
Factores asociados a su aparición y búsqueda de soluciones
Son diversas las variables que influyen en la aparición de la maternidad y paternidad en la adolescencia, resultando difícil desvincular una de otra. Sin embargo, pueden agruparse en tres categorías: factores internos o propios de la persona adolescente y factores externos o del contexto en el que se desenvuelve.
Entre los factores internos destacan:
- Inicio de la actividad sexual sin contar con información y recursos preventivos a su alcance; resistencia al uso de los métodos anticonceptivos; sentimiento de omnipotencia característico de la adolescencia: “a mí no me pasa lo que le pasó a mi amiga/o”; carencia de interés en la escuela, familia o actividades comunitarias; escape de grupos familiares disfuncionales (con problemas); influencia del alcohol y otras drogas, que limitan el control de los impulsos; inexistencia de un proyecto de vida; percepción de pocas o ninguna oportunidad para el éxito y falta de expectativas diferentes a la maternidad; cumplimiento de asignaciones de género construidas en su contexto, “como la necesidad de tener hijos para probar la feminidad o de probar la virilidad a través de la iniciación sexual y la procreación”; vivir en comunidades (como el medio rural) o escuelas donde los embarazos tempranos son comunes y se consideran como algo natural; crecer en condiciones empobrecidas; ser hija de madre adolescente.
- Factores externos (contexto, cultura): Escasos o inadecuados programas de educación sexual; insuficientes servicios de orientación y atención en salud del adolescente; mitos y estigmas acerca del uso de anticonceptivos; poca o ausente oferta de métodos anticonceptivos; asignaciones de género fundamentadas en un rol femenino de dependencia y servicio a los hombres (incluso en el plano sexual) y centrado en la reproducción y en las funciones domésticas; estimulación del contexto para tener relaciones sexuales, especialmente por parte de los medios de comunicación (televisión, cine, música, videos, revistas...), de los pares o compañeros y de los modelos culturales predominantes; presiones, acoso sexual o amenazas de abandono por parte del hombre; violación sexual.
El enfrentamiento del problema requiere respuestas concatenadas que incluyan educación de la sexualidad en la familia, la escuela y la comunidad. Fuera del sector formal de educación, los medios de comunicación representan un valioso espacio para la transmisión de mensajes educativos y formativos. En todos los contextos, la recodificación de los patrones de género será una estrategia clave para el logro de la igualdad en responsabilidades y derechos por parte de los hombres y las mujeres.
La estrategia educativa resulta incompleta si no se dispone de servicios de orientación y salud del adolescente, acorde con sus necesidades y características, provistos de personal debidamente entrenado para preservar respeto y privacidad a los usuarios. (Maddaleno, Cerruti, Krauskof),
Estado actual en el país
En Venezuela, el Ministerio de Salud asume el embarazo en adolescentes como el segundo gran problema de salud sexual y reproductiva a nivel nacional, siendo el primero la alta cifra de mortalidad materna por causas prevenibles. Las cifras disponibles para perfilar la situación de la maternidad temprana provienen de la ENCUESTA NACIONAL DE POBLACIÓN Y FAMILIA ENPOFAM´98 de la cual se extraen los datos más ilustrativos:[24][23]
El 50% de las adolescentes venezolanas se inicia sexualmente antes de los 19 años y el 10% antes de los 15. En zonas menos urbanizadas y rurales la edad disminuye, el 30% se inicia antes de los 15 años y el 70% antes de los 19.
- Las adolescentes no suelen usar métodos anticonceptivos en sus primeras relaciones sexuales. A pesar de que 9 de cada 10 adolescentes conoce los métodos anticonceptivos, sólo 1 de cada 10 los usa y solamente 1 de cada 5 adolescentes conoce su período fértil, lo que torna en “muy riesgoso” el tan usado método del coito interrumpido.[26][25]
- La tasa de fecundidad de las jóvenes de 15 a 19 años ha se estima en 97‰, lo que quiere decir que 97 jóvenes por cada mil ha tenido un hijo. [27]
- La tasa de fecundidad para el grupo adolescente se ha mantenido o ha mostrado una discreta tendencia a la baja, lo que no se corresponde con la importante disminución de la tasa de fecundidad para las mujeres de más edad en los mismos lapsos.[28]
- El 21% de los nacimientos vivos registrados (NVR) en el país ocurre en adolescentes entre los 15 y 19 años (MSDN 2001).
- El embarazo interrumpe los estudios: 2 de cada 5 adolescentes dejan la escuela como consecuencia del embarazo y a mayor educación, menos embarazos.
- Las adolescentes más pobres y menos instruidas tienen 4 veces más riesgo de embarazarse que las menos pobres y las más instruidas.
- El 6.4% de las adolescentes encuestadas en la ENPOFAM había tenido un aborto.
- La 3a causa de muerte en las mujeres de 15-19 años obedece a complicaciones obstétricas.
Frente a la situación descrita, el , y con lineamientos estratégicos para su atención. Recientemente se reactivó la Comisión Nacional para la Prevención del Embarazo Precoz (creada en 1993) esperándose que inicie actividades prontamente. [30][29]
El Ministerio de Educación y Deporte se aboca a la implementación del PROYECTO DE EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD, SALUD REPRODUCTIVA Y EQUIDAD DE GÉNERO el cualsumará esfuerzos al emprendimiento adelantado por las Escuelas Bolivarianas y la Comisión Nacional para la Prevención del Embarazo Precoz.
En el ámbito normativo se cuenta con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y la Ley Orgánica de Protección Integral del Niño y el Adolescente (1998) LOPNA y la Resolución 1762 del MED (1996) que prohíbe la exclusión de las adolescentes embarazadas de los planteles escolares.
El Embarazo en la Adolescencia
Definición del embarazo en la adolescencia:
El embarazo en la adolescencia es aquella gestación que ocurre durante los 2 primeros años después de la primera menstruación (entre los 10 y 13 años aprox.), y/o cuando la adolescente mantiene la total dependencia social y económica de sus padres.
Las causas del embarazo adolescente pueden ser muchas, y al mismo tiempo discutibles, pero trataremos de enumerar algunas. Al mismo tiempo los factores de riesgo de las jóvenes de quedar embarazadas existe en todas las clases sociales, pero tiene mas probabilidades de ser madre una niña de bajo estrato social que una con mejor situación económica y padres profesionales.
Causas:
- Mal funcionamiento del núcleo familiar (posibilidad de huir de un hogar donde a veces la adolescente se siente amenazada por la violencia, el alcoholismo y el riesgo de incesto.
- La inestabilidad familiar.
- La necesidad de probar su fecundidad.
- La perdida de la religiosidad.
- Mantener relaciones sexuales sin las medidas de contracepción adecuadas.
- La aceptación de mantener relaciones sexuales a edades cada vez mas precoces.
- La falta de educación suficiente sobre el comportamiento sexual responsable.
- Información clara y especifica sobre las consecuencias del intercambio sexual.
Factores de Riesgos:
- Crecer en condiciones pobres o precarias.
- Falta de educación por parte de los padres.
- Vivir en comunidades o asistir a escuelas donde los embarazos tempranos son comunes.
- El uso temprano de alcohol y/o drogas.
- Haber sido víctima de un ataque o abuso sexual.
- Cuando sus madres a su vez les han dado a luz a edad temprana.
Cifras en Chile:
En Chile distintos estudios indican que el 40% de los adolescentes escolares han tenido relaciones sexuales - 47% de los hombres y 32% las mujeres - siendo mas alto en el nivel socioeconómico bajo con un 63%, seguido del nivel medio con un 49%, y por ultimo en el nivel alto con solo un 17%.
Los estudios indican también que la relación sexual precoz es extendida en comunidades campesinas, algunas zonas suburbanas y en las clases sociales bajas de las grandes ciudades.
La mitad de los embarazos adolescentes ocurren durante los 6 meses siguientes al inicio de la actividad sexual, y el 20% en el curso del primer mes. De estos jóvenes no mas de un 30% uso algún método anticonceptivo en ese periodo, confiando en que “eso no iba a pasarles”.
Las estadísticas señalan que durante el año siguiente al parto, el 30% de las jóvenes quedan nuevamente embarazadas, y entre el 25% y el 50% durante el segundo año.
Síntomas del Embarazo:
- Falta del periodo menstrual.
- Agotamiento.
- Aumento del tamaño de los senos y del peso corporal.
- Distensión abdominal.
- Nauseas y vómitos.
- Mareos y desmayos.
- Aumento del apetito.
- Posible irritabilidad.
A menudo no se sospecha del embarazo de la joven hasta que es obvio, lo que se traduce en un aumento de sus riesgos, ya que se ha comprobado una relación directa entre las complicaciones del embarazo con el numero de semanas de gestación sin atención medica. Esto es especialmente importante en Chile, donde las muertes a raíz del aborto inducido en las adolescentes de 15 a 19 años es una de las principales causas de muerte en la población femenina de estas edades.
Por lo anterior, es necesario destacar la importancia de un diagnostico temprano. Dado que pocas jóvenes consultan a ginecólogos es de primordial importancia que los médicos generales, los médicos de familia, los pediatras y otros profesionales que atienden a adolescentes estén todo el tiempo alerta a los síntomas vagos que pueden manifestarse durante el embarazo.
El Aborto: riesgo de muerte o solución.
Frente a un embarazo no deseado en la adolescencia, es común que se piense en la posibilidad de un aborto, las razones pueden ser variadas y van desde la inmadurez de la madre para criar un hijo hasta la presión de los padres “por el que dirán”.
En la mayoría de los casos el padre-adolescente se desentiende totalmente de su responsabilidad, lo que motiva a la joven a tomar esta drástica decisión.
En Chile, el 56% de los embarazos no serian deseados. Esto es la principal causa de abortos ilegales.
Se calcula que el 35% de los embarazos chilenos termina en aborto inducido, estos son practicados por “parteras clandestinas”, poniendo en gran riesgo la vida de la madre. La ley chilena penaliza el aborto igual que a un asesinato.
Pruebas y tests:
- Las pruebas de embarazo en orina y/o sangre.
- Estudios con ultrasonidos (ecografías) para confirmar o verificar el embarazo y así también las fechas precisas.
Normalmente hay cambios de peso pero también puede existir una perdida en caso de que las nauseas y vómitos sean de gran cantidad.
El examen puede mostrar aumento de volumen estomacal.
Se puede palpar el cuello del útero y este estar aumentado. En el examen pélvico las paredes vaginales aparecen decoloradas, o de color azulado o morado, el cervix reblandecido, y hay un ablandamiento y ampliación del útero. Todo esto lo puede ver un especialista al hacer el primer examen.
Cuidados Prenatales
Durante este periodo la madre esta especialmente sensible a la comunicación verbal, lo que hace fácil la entrega de contenidos educativos relacionados con la paternidad responsable.
Cuidado Postnatal
Una vez abandonado el hospital, la madre adolescente se enfrenta al mayor reto del proceso: ser capaz de cuidar a su hijo. Los médicos deben apoyar de cerca, ofreciendo toda la ayuda necesaria para la optima salud del recién nacido.
Es importante fortalecer la confianza y autoestima de la madre, a través de explicaciones simples que la orienten en su capacidad de cuidar adecuadamente a su hijo.
Es importante explorar los planes familiares así como la situación escolar y su futuro, nunca será excesivo estimular la reinserción escolar de las madres adolescentes, orientando sobre las alternativas para continuar estudiando que existan en su entorno.
Preguntar sobre actividad sexual y orientar sobre métodos de planificación familiar debe ser parte de todo este cuidado integral.
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